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¿Por qué las personas con linfedema somos propensas a infecciones cutáneas?

¿Por qué las personas con linfedema somos más propensas a las infecciones cutáneas? Se trata de una de las preguntas más recurrentes que tenemos quienes padecemos esta afección. Hemos querido indagar al respecto con el fin de llegar a una explicación sobre la importancia de estar atentos a las infecciones en nuestra condición.

Lo primero que debemos tener claro es que una de las funciones principales del sistema linfático es la defensa del cuerpo. Si a la vez tenemos presente que el linfedema se produce por un fallo en el sistema linfático, empezamos a vislumbrar la respuesta a nuestro interrogante inicial. En efecto, las personas con linfedema somos más propensas a las infecciones cutáneas debido a que la respuesta de defensa de nuestros cuerpos ante la presencia de agentes infecciosos se ve alterada por la enfermedad. Veamos esta situación con más detalle.

¿Cómo funciona nuestro sistema linfático cuando hay una herida?

Para entender bien la relación entre linfedema e infecciones nos resultará de mucha utilidad recurrir a un ejemplo.

Marta es una chica que no tiene linfedema. Pasea por el campo y accidentalmente se hace un ligero corte en una pierna con unas ramas secas. En el mismo instante en que esto ocurre, su sistema linfático se activa y pone en marcha una respuesta inmunitaria, es decir, de defensa. Si los agentes infecciosos han alcanzado el sistema linfático, estos serán transportados por la linfa.

En los ganglios linfáticos de Marta las células de defensa se encargarán de eliminar esas sustancias nocivas, ya que su función principal es la de actuar como filtro biológico. A la vez, envían señales al sistema inmunitario para que responda al ataque de posibles agentes patógenos, con el fin de detener la infección.

Pero ahora, supongamos que con Marta pasea también Isabel, una amiga suya. Ella tiene linfedema y al pasar por el mismo lugar sufre una lesión similar, con el agravante de que la herida se encuentra en su pierna afectada.

El organismo de Isabel pone en marcha la respuesta de defensa, pero tiene el inconveniente de que en su miembro afectado el espacio entre sus células (conocido como espacio intersticial) tiene edema (acumulación de líquido), lo que significa que hay mayor distancia entre el capilar sanguíneo y el sistema linfático, dificultando así la acción de las células de defensa contra los agentes infecciosos y su posterior retirada del tejido por el sistema linfático. Recordemos que la acción defensiva del cuerpo depende de una correcta filtración entre el sistema venoso y el sistema de drenaje linfático.

Se trata de una situación que pone en riesgo a Isabel, ya que para su organismo esta ligera herida puede traer como consecuencia una infección de delicado pronóstico. A la vez, el proceso de cicatrización de su herida puede verse retrasado, lo que incrementa el riesgo de exposición de su organismo a agentes infecciosos.

¿Y qué ocurre en nuestra piel?

Con los ejemplos anteriores, hemos podido ilustrar la razón por la que los pacientes con linfedema somos más propensos, por ejemplo, a la infección aguda de la piel conocida como erisipela o celulitis.

Hay que tener en cuenta que cualquier tipo de herida, por pequeña que sea, incluso aquellas que son invisibles a simple vista, también se puede infectar.

¿Y qué hacer en caso de herida? Pues estar atentos a tres síntomas locales que pueden producirse en la zona cuando una herida se infecta: sensibilidad, calor o enrojecimiento. A su vez, también conviene tener presentes los tres síntomas generales más frecuentes: fiebre, malestar general y dolores articulares o musculares.

En algunos casos los síntomas inicialmente locales se pueden propagar y manifestarse en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, hay ocasiones en las que se produce un sarpullido caliente, sensible al tacto y en expansión, lo que indica la posibilidad de padecer una celulitis, infección bacteriana aguda de la piel que afecta al tejido celular subcutáneo más profundamente que la erisipela, y que por tanto requiere atención médica inmediata para que sea tratada con antibióticos. Y cuando decimos atención inmediata es literal. La celulitis tiende a propagarse rápidamente y puede comprometer la vida de quien la padece en estas circunstancias.

En la siguiente entrada de nuestro blog conoceremos cómo debemos actuar las personas con linfedema ante las infecciones cutáneas y qué hacer para prevenirlas,

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